Nuevamente, despues de tanto tiempo, HOLA a TODOS!!!

Después de mucho tiempo, de largos meses de mucha actividad, mucha militancia, tristezas y felicidades, por aca ando regresando a retomar el vinculo con todos ustedes a través de este medio. En breve estaremos de nuevo compartiendo cosas, discutiendo y reflexionando sobro todo esto, que nos hace feliz al alma y nos da cada día un poco mas de vida. Un saludo grande.

Lucas Mercapide Darwiche

Peronista por sobre todas las cosas, militante, platense de nacimiento, Abogado egresado de la U.N.L.P.y Licenciatura en Gestión de Políticas Publicas de la UNTREF, según dicen bastante objetivo, racional y algo pensativo. Intento ser justo, solidario y fervor defensor de los ideales del peronismo que recupero Nestor Kirchner y que hoy Cristina continua con esa lucha.

martes, 19 de mayo de 2009

LA PRIVATIZACION DEL RAZONAMIENTO

Cuando nos referimos a las privatizaciones, lo primero que se nos viene a la cabeza es la transferencia de una empresa o actividad pública al sector privado, en general podemos decir que es la acción por la cual un bien o un servicio público pasa a ser controlado por empresas privadas.

Ahora bien, esta claro que es imposible no marcar que en estos últimos tiempos todo ha cambiado, y muy especialmente la sociedad argentina, la cual ha evolucionado o involucionado en muchos aspectos y según las diversas consideraciones. Pero lo que está mas que claro, es que aquel que simplemente se tome unos minutos para reflexionar más allá de lo que nos dicen los medios o de lo que nos induce a decir que “pensamos” la opinión pública de la cual nos sentimos parte, logrará obtener un asombroso resultado.

A que me refiero.. he notado que aquel que se permita evaluar objetivamente su propio pensamiento deslindándolo por unos instantes del pensamiento general “obligatoriamente adecuado” (en silencio si lo desea para no tener miedo a reproches ajenos), sin lugar a dudas que comprenderá lo mucho que decimos o pensamos, solamente por que nos lo marcan quienes forman la opinión actualmente, muchas veces aun contrario a lo que en verdad sentimos.

Hoy por hoy, a la hora de fijar nuestros objetivos o nuestras prioridades, de pensar el proyecto de país que queremos o de pensar que nos hace bien y que nos hizo mal, gran parte de la sociedad nos hayamos en verdad ajena a las cuestiones ciertamente importantes. Esto sin dudas que no es casual.

Es fácil advertir que buscan que parte de la sociedad argentina caiga en la “gran trampa”, arrastrando al ciudadano común a discusiones “frívolas, pacatas y menores” que ocupan su tiempo, alejando de la agenda los verdaderos temas que interesan a un país.

Sin ser trágico ni mucho menos, me alarma presenciar como la sociedad es indudablemente conducida hacia un camino sin retorno en donde los diversos chivos expiatorios que aparecen instalados en boca de la ciudadanía, no son más que inagotables cortinas de humo que los grandes intereses utilizan para banalizar la discusión.

Como consecuencia, es común ver y escuchar que muchos discursos son muy contradictorios en si mismos. El argentino actual por un lado piensa en el futuro, en su estabilidad personal y general, en su presente, y por el otro lado se deja llevar por los intereses que empujan a la gente a apoyar soluciones de corto plazo, soluciones mágicas sin ningún tipo de garantía de resultado pasado ni fututo, espejitos de colores que sin lugar a dudas nos hacen alejar cada vez un poco más de esa seguridad o de ese bienestar que todo anhelamos.

Me cuesta resignarme a ver al pueblo, dejarse influenciar por los básicos juicios de valor a los que nos arrastran, a no poder o no querer ver mas allá de lo que nos marca un titular de un diario o de lo que nos indica pensar una reflexión colectiva sin fundamentos lógicos producto de un control remoto.

Parece ser que el fijarnos si tal o cual cosa que opine un periodista o un medio de comunicación es verdad o no, es un ejercicio ajeno a nosotros.

Parece ser que la simple opinión de un vecino gritón, bastará para que nosotros defendamos a muerte esa posición, sin siquiera tomarnos el tiempo para saber si en verdad pensamos así o solamente nos es cómodo no analizarlo.

De todos modos apoyamos por apoyar a los “sentimientos populares” que la TV nos clarifica. Posteriormente ante la menor interpelación de un ajeno que nos intente pedir explicaciones que respalden nuestra posición, reaccionamos tomándolo como un ataque personal que nos lleva a defender esa posición que empezamos sin saber por que la defendíamos, ahora si como una cuestión de vida o muerte!!! una cuestión en donde está en juego nuestro honor!!!, nuestra propia persona!!!!, y ya no una simple bomba mediática o un simple comentario tirado al aire por un tercero.

En este marco, veo que la cuestión va más allá de tal o cual gobierno o de una posición política.

A lo largo de este último tiempo la gente ha sido obligada o arrastrada a no pensar por si sola. Ha sido fomentada a ser sumisa ante las opiniones calificadas de los opinólogos profesionales, quienes pareciera ser que nos han convencido de que tienen algo que nosotros no poseemos, por lo que debemos confiar cien por ciento en lo que nos dicen de tal o cual tema, concentrándonos solamente en analizar los que ellos nos plantean.

Debemos atar nuestra capacidad de razonamiento, a los temas políticamente correctos que ciclo tras ciclo los formadores de opinión ponen o sacan de agenda.

Ante esto, y con los intereses de siempre marcándonos los temas prioritarios según la época, nos encontramos con una clase media que de forma casi automática según las bajadas de línea del momento, se encuentra defendiendo una posición que muchas veces no sabe por que o para que y hasta en la mayoría de los casos atenta contra sus propios intereses. El oprimido termina por desconocer la realidad, luchando, defendiendo y acompañando a su opresor en los reclamos de este ultimo, sin ocuparse de sus propias necesidades.

Con el mencionado trastrocamiento en los valores existente, es que pareciera que nos conformarnos con sentirnos inferiores a quienes opinan por nosotros o incapaces de tomarnos un tiempo para ver nuestra realidad, o para animarnos a analizar que cosas nos hacen bien o mal.

Sinceramente podría decir que nos han convencido que lo mejor es encontrarnos presos de nuestras propias limitaciones, han logrado encasillar nuestro margen de decisión o de opinión personal a la conveniencia de los que siempre nos han tenido como rehenes.

A riesgo de resultar repetitivo, es que en este punto también me encuentro cercado por la falta de respuesta a esta situación, viendo que a transformación ideológica actual no esta arrastrando a un lugar de donde difícilmente podamos volver si secuelas.

Es innegable el camino sin retorno para la Argentina en materia ideológica que significo la década del 90”, y sus terribles consecuencias que derivaron en un trágico 2001.

Por eso, hoy no es solo la privatización en manos de las empresas multinacionales la que nos acosa, hoy por hoy y diría que más riesgosa aun, tenemos al acecho la PRIVATIZACION DE NUESTRA CAPACIDAD DE PENSAMIENTO, a la cual día a día fomentamos y consentimos sin darnos cuenta, no pensando libremente por nosotros mismo.

Ojala, me esté equivocando, y no desperdiciemos una vez mas la posibilidad de hacer un país entre todos y para todos, deseando de todo corazón que este 28/06 triunfe nuestra capacidad de pensar por sobre todas las presiones.